miércoles, 16 de mayo de 2012

Ruud y la escuela del primer toque


Ruud Van Nistelrroy se retiró del fútbol tras 18 años como profesional.


Mientras el mundo futbolero se divide entre la celebración de títulos y el desconsuelo por descensos, yo elegí aislarme de toda esta vorágine -que concentra con la misma naturalidad lágrimas de alegría y de tristeza- para descontracturarme de tanto nervio y enfocar mis líneas en un goleador de raza que acaba de anunciar su retiro del fútbol después de habernos enseñado las claves de su oficio por todo el continente europeo: se llama Ruud y se apellida Van Nistelrroy.
Trasladando mi nueva aventura a un campo de juego, podría señalar, en esta ocasión, que me propuse encontrar el camino del gol. Esta vez, me vestí de número diez para evitar el tumulto de piernas que impiden pensar y elaborar con comodidad y busqué crear mi espacio en el lugar donde se definen los partidos: en el área rival. Allí me encontré con un nueve de alto voltaje, de esos que aparecen cada tanto y a quien, lamentablemente a partir de hoy, deberemos conformarnos con ver a través de internet o del olvidado DVD.

Una de las claves del legado que deja “Van Gol”, sin dudas, reside en sus innumerables definiciones llenas de recursos pero también en sus terminaciones letales rematando al primer toque, el cual cotizó en bolsa a lo largo de su brillante carrera. Quizás el holandés nunca se destacó excesivamente por su potencia ni por su habilidad, tampoco por su velocidad ni por una técnica exquisita, pero supo hacer de la escuela de ese primer toque en el área, o el último de las jugadas que lo encontraban como finalizador, un culto en sus días como futbolista. 
Fueron muchos los partidos que se definieron en los instantes finales y que, a través de una aparición de Ruud, cambiaron su destino, ya sea anticipándose a la jugada o con un simple toque sin previo control del balón, con la única belleza del arte que significa culminarla de ese modo.
Difícilmente encontraremos, de manera habitual, delanteros sedientos de gol que necesiten de tan pocas chances en un partido para dejar eternamente una marca de fuego a lo largo de su trayectoria. Ruud era uno de ellos. Ariete silencioso, enseñaba sus mañas en su hábitat natural donde convivió con las entradas de los defensores y, por supuesto, con los balones que, al margen de cómo llegaran, conectaba con la red.
Seguramente, el oriundo de Oss no será recordado como un futbolista total ni mucho menos, pero sí como un especialista en su materia, como un experto en su asignatura preferida: la culminación. Fueron 346 goles en 587 encuentros con 7 camisetas de 4 países distintos desparramados en 18 años como profesional. Anotó goles de todos los colores en las mejores ligas del mundo siempre con su sello particular: de cabeza, al primer toque y no faltaron aquellos de distinguida calidad que lo convirtieron, además de un delantero fiable, en un futbolista, en su demarcación, superior a la media de los mortales.
Como si su aporte no hubiera sido suficiente, el holandés siempre se caracterizó además por su destacada profesionalidad, que le aportó un plus decisivo a su dilatada carrera. Una vida personal ordenada y su saber estar en un grupo aún en los momentos de menor continuidad, lo elevan al olimpo de los elegidos.
Justamente el fin de semana en el que Ruud se despidió del fútbol como jugador de élite, a doce mil kilómetros de distancia, en la lejana provincia argentina de Tucumán, David Trezeguet, otro egresado de la misma escuela por su jerarquía, le rendía inconscientemente su homenaje, con el charco como testigo, anotando dos goles en la victoria de River Plate. Paralelamente, como trampa del destino, otro optimista del gol (como definió en alguna ocasión Carlos Bianchi a Martín Palermo), el milanista Filippo Inzaghi, también decidió colgar las botas el mismo día. 


El Málaga CF fue su último equipo, donde lo despidieron de la mejor manera.


Las páginas de este deporte dirán que todo sucedió un domingo 13 del mes de mayo del año 2012. Ruud Van Nistelrroy dijo adiós al fútbol como profesional a punto de cumplir 36 años y lo hizo siendo partícipe de un Málaga clasificado por primera vez en su historia a la próxima edición de la Champions League, su competición favorita, en la cual se consagró máximo goleador en tres ocasiones. España lo despidió el domingo, el mundo lo disfrutó todos estos años. ¡Te extrañaremos Ruud, y gracias!

2 comentarios:

  1. Meditada y criterioisa nota. Merecido homenaje a
    un digno sucesor de aquella maravillosa "Naranja
    Mecanica" de 1974.La que le diera vida a Holanda
    junto al titulo de Sub Campeon Mundial de futbol
    y el mote de "Rey sin Corona" del torneo.
    "Fresca brisa periodistica" dentro del "torrido
    ambiente futbolistico" actual.
    Ambiente en el que -lamentablemente- trascienden
    mas "artilugios de estrategias tacticistas", que "artesanias de estilos conceptualistas".
    De modo que el"no importan los medios con tal de
    conseguir los fines"pasa a ser moneda corriente.
    Constante buscador de la red adversaria,Van Nis-
    telrroy ha sido unfiel exponente de los llamados
    "goleadores de raza"...Y un merecido continuador
    dela magnifica trayectoria de representantes no-
    tables (como Cruyff,Krol y Neeskens)de la tierra
    "de los tulipanes".
    ¡Salud pues a ellos!.Y tambien a Neira...
    Y felicitaciones a quienes con sus pies,a traves de su juego, "cautivan" a sus hinchas...
    Y a quienes con sus plumas,a traves de escritos,
    "cautivan" a sus lectores.
    J.H.N.


    ¡Honor y gloria a Van Nistelrroy!
    ¡Y gracias por sus goles!
    Y,a traves de el, gracias a "romperredes" pasa-dos como Juste Fontaine,Edson Arantes ("Pele"),
    Gerard Muller y nuestro Diego Maradona...
    ¡Y salud y pesetas a Neira!
    Por tan oportuno homenaje a Ruud.
    Y por tan ajustado articulo periodistico.

    L.C.H.

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  2. Muchas gracias por tus líneas y tu rico aporte! Siempre es un placer intercambiar conocimientos con personas que entienden del tema. Un gran abrazo!

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